Ya es habitual hablar de sostenibilidad en ámbitos como el de la moda, la gastronomía o la energía. Pero la llegada de la etiqueta eco-friendly al mundo de la decoración es relativamente nuevo. Y más si se trata de mobiliario también para la oficina, un lugar que, al menos tradicionalmente, no ha evolucionado al mismo tiempo que el resto del mundo del diseño.